Hoy empiezo potente , no?
Y es que está pasando.
Ahora mismo hay diseñadoras web, gráficas y fotógrafas que tienen textos más potentes que tú y que están vendiendo más y mejor de lo que tú lo haces.
¿Son mejores en lo suyo?
No necesariamente. Pero se venden mejor, eso seguro.
¿Quieres saber qué hace tu competencia creativa con sus textos que tú estás dejando de hacer?
Pues vamos allá.
Una propuesta de valor potente
Y cuando digo potente me refiero a algo muy alejado del clásico «para que tus clientes se enamoren de tu marca».
Una propuesta de valor que funcione tiene que tener 3 patas:
- A quién ayudas.
- Qué beneficio principal obtiene tu cliente.
- Cómo lo haces.
Aléjate de mensajes trillados en tu propuesta de valor. Si ya lo estás viendo mucho, no te ayudará a diferenciarte
Algunas cumplen una o dos de las patas, pero pocas tienen las 3. Identificar el problema principal que resuelves en tu cliente y localizar el mayor beneficio que este puede percibir debería ser uno de tus objetivos más importantes en tu proceso de diferenciación.
Beatriz Peira, diseñadora gráfica, tiene claro a quién se dirige y cuál es el beneficio principal que aporta a sus clientas.
Un Instagram con intención de conectar
Los textos de tu web no son los únicos importantes, ni tampoco la única herramienta en la que tu competencia creativa te está sacando ventaja.
Instagram es una red visual, lo tenemos claro.
Pero colgar fotos o gráficas visualmente atractivas no te llevará muy lejos. La gente busca conectar con otros personas y, si no comienzas con ellas un diálogo esa conexión es bastante improbable.
Conectar de manera auténtica implica que te arriesgues. No temas disgustar a algunos, con que enganches a unos pocos ya estarás ganando terreno.
Cuando escribas textos para esta red social arriésgate: no temas mostrarte tal como eres ni utilizar expresiones que usas de forma habitual. Se trata de gustar de forma auténtica a unos pocos, no de quedarte en modo robot.
Tu competencia está perdiendo el miedo a mostrarse con sus más y sus menos a través de sus textos, no pierdas la oportunidad de hacerlo tú también.
Una fotógrafa, que en este caso también trabaja el marketing, y que es muy brutal en lo de conectar a través de textos en Susana Torralbo. Te dejo el link a su Instagram.
Tienen una marca personal trabajada y presente
Que común es entre la comunidad creativa tener reticencias a la hora de mostrarse, ¿verdad?
Por eso, cuando alguien supera sus bloqueos y comienza a trabajar su marca personal, no sólo hacia dentro sino que se muestra cara a cara a sus seguidores, está más presente en el ideario de sus clientes objetivo.
Trabaja a fondo tu Identidad Verbal, (tu voz, tus tonos y tu universo verbal) y se coherente con lo que se ve y lo que se lee.
Las personas contratamos otras personas, no servicios
Y, por favor, comienza a mostrarte.
Sal en tus página web (sí, tú!) y aparece a menudo en tus redes sociales. Las personas quieren contratar a otras personas, no sus servicios.
Puedes inspirarte en Elena Guirao de Golp Design ya es tan pro de salir que hasta se ha hecho una aficionada a Tik Tok y cuelga sus vídeos frecuentemente por stories.
Tienen un portafolio contextualizado
Y eso, ¿qué es?
Pues se trata de una técnica persuasiva que va mucho más allá de de colgar un par de fotos de antiguos trabajos.
Cuando quieras añadir a tu portafolio un nuevo proyecto del que te sientas orgullosa, procura seguir los siguientes pasos para convertirlo en una herramienta más para vender mejor tu servicio:
- Comparte fotos del antes y el después (si las hubiera) del branding o web de tu cliente.
- Añade un pequeño texto en el que expliques con qué problema llegó tu cliente, cuál fue el proceso para solucionarlo y cómo se encuentra este ahora.
Hay dos formas de presentar un portafolio: como una sucesión de fotos que poco importa a un cliente potencial, o como una herramienta generadora de ventas. Tu competencia creativa tiene clara su opción.
¿Quieres un ejemplo top? Échale un vistazo al portafolio de Elena Altuna, no tiene desperdicio.
Comparten testimonios estratégicos
Otro palabro, ¿qué es un testimonio estratégico?
Hablamos de estratégico cuando un testimonio real de un antiguo cliente puede desmoronar las objeciones de los interesados en nuestro servicio.
El truco está en saber cómo pedirlos. Te dejo por aquí un post de mi Instagram en el que compartí preguntas estratégicas para conseguir este tipo de testimonio.
Además, puedes leer aquí la mejor manera de aprovecharlos.
Le hablan a su cliente ideal en su web, no al cuello de su camisa
Tu competencia creativa se ahorra el «Bienvenidos» en su web, los «Mi pasión es la fotografía» o la retahíla de títulos y lugares por los que has trabajado para recibir a las visitas de su web.
Dicen que nos cuesta 3 segundos decidir si nos quedamos en la web que estamos visitando o decidir salir corriendo. ¿De verdad quieres desaprovechar ese corto espacio de tiempo para desearle al lector una feliz bienvenida?
¿Qué hay aquí para mí? Eso es lo primero que debes resolver cuando una visita entra en tu web
Las diseñadoras y fotógrafas que mejor se lo montan se hacen con titulares potentes que le digan a su lector lo que hay para ellos en su web y conseguir engancharlos más fácilmente. Si no me crees, puedes echar un vistazo a la web de Marina Rodrigo o a la de Noémie de Lunes Design.
Te adelanto que ninguna da la bienvenida a su audiencia y les va muy bien.
Cuando alguien entre en tu web hay una única pregunta que debes contestar en esos 3 segundos (y te aseguro que nos es cuál es tu pasión):
¿Qué hay aquí para mí?
Resumiendo que es gerundio
Existen cosas que tu competencia creativa está llevando a cabo y que les está ayudando a diferenciarse y a vender más y mejor sus servicios creativos.
Y, ya has visto, que no son técnicas de ultratumba:
- Una propuesta de valor potente.
- Un Instagram con textos que conecten.
- Una marca personal trabajada y presente.
- Un portafolio contextualizado.
- Unos testimonios estratégicos.
- Una conversación con sus clientes nada más entrar en la web
¿Puedes hacerlo tú? Cuéntame, ¿cuál de estos puntos es el que más te cuesta? ¡Te leo!